"LAGUNA ENCANTADA"
Origen
Es de origen aluvial además se ha formado debido a la presencia de vertientes subterráneas
en la parte central de donde nacen sus aguas son tranquilas de color verde por
la cantidad de algas que habitan en el lugar.
Ubicación
Esta situada a 7 kilómetros de La Cabecera Cantonal, en la parroquia Panzaleo; que ocupa la región sur del cantón. Desde la Cabecera Cantonal por la panamericana sur son 15 minutos; y hacia el interior es de media hora.
Extensión
La laguna tiene una extensión 1.100 metros de largo por 290 de ancho.
Clima
El clima es templado, su temperatura oscila entre los 7 a 8 grados centígrados. El agua tiene una temperatura de 10 grados centígrados.
Ubicación
Esta situada a 7 kilómetros de La Cabecera Cantonal, en la parroquia Panzaleo; que ocupa la región sur del cantón. Desde la Cabecera Cantonal por la panamericana sur son 15 minutos; y hacia el interior es de media hora.
Extensión
La laguna tiene una extensión 1.100 metros de largo por 290 de ancho.
Clima
El clima es templado, su temperatura oscila entre los 7 a 8 grados centígrados. El agua tiene una temperatura de 10 grados centígrados.
Leyenda "El Tren Infernal"
Entre las ciudades andinas de Ambato y Latacunga existe una trágica laguna de
aguas frías y verdosas llamada Yambo. Está ubicada al costado oriental de la
carretera Panamericana.Paralela a la carretera, a lo largo de la ladera que media entre ésta y la laguna, se desliza tímidamente las rieles del viejo ferrocarril, construido hace un siglo por el general Eloy Alfaro.
Pertenece a esa época la leyenda que se refiere a un terrible accidente ferroviario sucedido junto a la laguna de Yambo. Comentan que un tren lleno de "montoneros" que apoyaban la Revolución Liberal emprendida por Alfaro, como consecuencia de un sabotaje consumado por los "conservadores", se descarriló justamente cuando, en su recorrido, se encontraba en el punto más cercano a la laguna, volcando aparatosamente hasta sus turbias aguas que, voraces, lo engulleron con su preciosa carga.
Encarcelados en los vagones, como en féretros colectivos, ninguno de los accidentados pudo salvarse. A nadie se lo volvió a ver jamás. Aquella masa de agua, que para sus vecinos no es otra cosa que la boca del infierno, los retuvo para siempre, en cuerpo y alma, a los desdichados guerrilleros.
Desde aquel tiempo existe la creencia de que todas las noches, cuando el reloj marca las doce horas en punto, procedentes de los antros profundos que oculta la laguna, es posible escuchar con absoluta claridad los potentes e inconfundibles resuellos de una máquina de vapor al arrastrar un pesado convoy. Y en medio de este trueno surge el espantoso el ulular de una sirena accionada también por la fuerza del vapor.
Quienes aseguran haber oído tal estrépito, creen conocer lo que es sentir el miedo en su expresión más descarnada, ya que "el terror -dicen- penetra en el alma más por el oído que por la vista".